jueves, 2 de septiembre de 2010

NI comisiones directivas NI lideres sindicales!!

PARA ACABAR CON LA BUROCRACIA SINDICAL NO ES NECESARIO NI ENTRAR EN ELLA, NI SER COMO ELLA:

Hay quienes llamándose anti estatistas y anti autoritarios aun asi insisten en la idea de que los trabajadores con tal identidad o inclinación deberían de afiliarse a los sindicatos “representativos” de cual o tal gremio: activando asi para tratar, según ellos, de recuperarlos de las burocracias; comenzando ya sea por los órganos de base, las comisiones internas, los cuerpos de delegados, etc.
De este modo proponiendo el entrismo como forma de lucha y estrategia para intentar llegar a aquellos trabajadores sindicalizados en grandes empresas. Tildan de sectario a quien no comparta tal idea mientras se niegan a sí mismos como libertarios que dicen ser. En su intento de tener legitimidad en los gremios mayoritarios y a riesgo de dejar de ser consecuentes con sus principios y objetivos han llegado al extremo de decir que están en clara contraposición en cuanto a ideas y modos de hacer de aquellos trabajadores que desean organizarse al margen de los sindicatos y federaciones verticalistas y burocratizadas, además de que no creen de que un fuerte movimiento de trabajadores pueda nacer por fuera de las mismas.
Pero veamos esto de más cerca. Por un lado dicen estar en contra del sistema Estatal-Capitalista vigente, pero por otra parte, desean entrar en las estructuras que tienen razón de ser, y que nacieron para ser funcionales a tal sistema. Esto no solo suena contradictorio si no que lo es: Ya que el insertarse en una estructura que ya esta armada de determinada manera con sus jerarquías, su orden, y su burocracia inevitablemente da como consecuencia que quien quiera entrar en ella deba adecuarse a ciertos modos de actuar y pensar. Aun incluso si lo que desea hacer es transformarlas, estas terminaran por transformarlo a él en cierto grado, haciéndolo susceptible a las desviaciones de los objetivos que se propuso en un principio, a la inconsecuencia (que harían de él un hipócrita) o bien al desgaste que tal tarea implica.
Pero aun mas, le dan legitimidad a tal organización vertical y burocrática al ingresar en ellas; justificando un arriba y un abajo que rara vez cuestionan, y del que alguna vez, desean ser conducción (nada más que contradictorio cuando se dice querer terminar con la burocracia) y es ahí donde queda a la vista el plataformismo encubierto de inocencia de estos aspirantes a vanguardia, que además, suelen presentarse a elecciones sindicales, o querer influir en ellas, y es en estas supuestas “corrientes de recuperación del movimiento obrero” en la que entrarían estos pseudo anarquistas que suelen rondar por las bases de la CTA, CGT, etc. No sabemos si por ingenuidad o demagogia: pero estas personas no parecen darse cuenta (o no quieren hacerlo) de que tales bases son producto y parte necesaria de tales estructuras sindicales y en las mismas se quedaran estancados, al menos claro, que deseen realizar una carrear político-sindical en pos del mantenimiento del status-cuo de las mismas.
A estos entristas pareciera que les obsesionara la cuestión numérica: desean ser mayoría de un día para otro y dicen que la respuesta está en ingresar a las organizaciones que ellos llaman representativas del movimiento obrero, cuando estas de representativas no tienen nada, por estar al servicio y ser funcionales al sistema. Y entonces nos preguntamos ¿Cómo pueden hablar de aspirar a la revolución social cuando solo piensa en ser una fuerza numérica de trabajadores? Parecen no haber entendido que la revolución social no solo será un cambio cuantitativo y económico en la sociedad sino que además viene a plantear un cambio cualitativo en cuanto a los modos de organizarnos, relacionarnos, y pensar. Cambio que para nada nacerá de un día para otro una vez derrocado el Estado-Capital, y que solo será posible, si esas formas de pensar y de relacionarnos comienzan a forjarse en el presente. Para tal tarea es imprescindible ser consecuentes entre fines y medios que no vemos que se den el entrismo, y mucho menos en adoptar prácticas propias de las burocracias, y los partidos, como; crear listas, frentes, etc.
Si vemos que hoy la mayoría de nuestros compañeros se encuentran engañados por las burocracias sindicales entonces pongamos en práctica la acción directa y difundamos nuestras ideas en los espacios de trabajo, en las calles, en las manifestaciones, etc. No hay necesidad de entrar en aquello que nos es ajeno y que limita nuestro ser consecuente y nuestra libertad. Tal vez de este modo significara caminar por el camino que nos lleva a la revolución social más despacio, pero por lo menos asi, nos aseguraremos que todo lo que podamos construir verdaderamente contribuya a crear ese mundo nuevo que tanto anhelamos. Y es en ese compromiso de tratar de que aquel mundo nuevo en nada se parezca al actual en el que tenemos que ser meticulosos, pacientes, comprometidos y consecuentes, y es acá donde radica la clave: en el ser consecuentes entre medios y objetivos, con lo cual además de buscar un mundo nuevo podremos vivir y construir la utopía hoy y ahora, junto a quienes nos rodean, junto a quienes comparten nuestro ideal y junto a quienes recién se despiertan de la alienación en que los mantenía el Poder.
Mientras tanto estos pseudo libertarios seguirán en su plan o bien continuaran en un debate inicuo y gris como lo es discutir; “si libertad sindical o sindicato único” y en cuanto a ese tema permítannos decirles que no nos interesan ni obtener reconocimiento del Estado, ni obtener una personería gremial que nos permita llevar nuestra lucha por las vías de la institucionalidad, y su “democrática legalidad”. No debemos pedirle permiso al Estado para luchar. Por eso ni una ni otra forma de organizarse con consentimiento y por dentro del Estado no interesa para nada. Nuestra lucha es la acción directa, la ayuda mutua, y el comunismo anárquico. No somos obedientes del Poder y no vamos a pedir permiso para hacer u organizarnos para una revolución. Estamos de frente al Estado, de frente al Capital, y de frente a toda autoridad; porque sabemos bien que ellos son nuestros enemigos y todas sus leyes, estructuras, instituciones, y burocracias nos provocan solamente repulsa. Contra ellas combatimos y por ello nos organizamos codo a codo junto a nuestros compañerxs y el pueblo que en las calles busca su completa emancipación de este sistema de muerte. Esta es nuestra lucha y no nos rendiremos, rendirnos implicaría aceptar ser como ellos o ser de ellos, o ser esclavo o ser tiranos, y ninguna de la dos nos parece. Por eso seguiremos buscando sin descanso la revolución social que nos de la completa emancipación del ser humano. Por eso seguiremos puño en alto diciendo: ¡VIVA LA F.O.R.A.! ¡VIVA LA A.I.T.!
Sociedad de Resistencia de Oficios Varios
NEUQUEN.